Aunque pronto me he dado cuenta de que les he ofrecido mucho más; un hogar. Un hogar que no han tenido sus hermanas...
Calixta y Melibea son ratas. Ratas albinas, cepa Winstar, de ojos rojos y rabo laaaaargo. De esas que dan tanto repelús. Hasta que las achuchas y te responden acercando su naricita rosa a la tuya y te dan algo que parece un besito, porque aunque no lo sea ya se ha creado una intimidad. Este escrito es para ellas, aunque se me tache de radical, porque se merecen mi respeto así como los maltratadores de animales (y en general) se merecen mi desprecio.
Dejé la carrera de Veterinaria hace muchos años por varias razones siendo una de ellas que me pedían que hiciera ciertas barbaridades que jamás hubiera creído posibles. Al empezar Ciencias del Mar, que había sido mi sueño desde chiquita, sabía que había una práctica de esas que es mejor no nombrar y que tendría que enfrentarme a mis miedos. Pero esta vez ya era mayor, más cabezota y criticona y no pensaba hacerla... ¡Ni por asomo!
Si la experimentación animal es necesaria no lo se, ni me importa. Porque si ya antes estaba en contra ahora visto lo visto aún lo estoy más. Y más ahora, mientras mis dos peques se pelean por un barquillo a tortazo pelao! Son más majas!
El caso... Fisiología de los Animales Marinos. ¿Y qué pinta una rata aquí? Dice la profesora; “es para que aprendáis a trabajar con animales de laboratorio y sepáis de fisiología”. Ok. ¿Y si me traes un perro? “Uy, no, un perro no... que a la gente le disgusta” ¡Ah, la gente! Esa gente que prefiere creer que las experimentaciones solo se hacen con ratas, esa gente que no pone reparos en comerse una vaca pero sí un perro, ¡salvemos los delfines pero comamos atún que está muy rico!... Son animales así que dejemos de lado prejuicios culturales y observemos con mirada crítica y objetiva.
(Por cierto, el atún está en peligro de extinción y a nadie parece importarle... ¡ay, si fueran las focas, otro gallo cantaría!)
He tenido la gran suerte de que las prácticas no eran obligatorias pero sobre todo que tal y como estaban planteadas eran ilegales. Aún y así, ¿hubiera podido denunciar? No. No porque me hubieran dicho; “no haberte apuntado a la carrera” o “en España las leyes de protección de animales están de adorno en casa de los políticos taurinos”
Aún y así quería estar allí. Quería ver qué pasaba en aquellas prácticas, si se respetaban las normas de bienestar animal... Inútiles. Prácticas totalmente inútiles. Pues ya me diréis de qué les ha servido a mis compañeros abrir una rata, sacarle los intestinos, arrancarle un riñón y cerrarla con hilo de tricotar. Para nada. Para jugar a ser Dios.
“No es para tanto Soraya, no han sufrido” Ya, pero luego les toca a los de medicina hurgar en ellas... Me horrorizo.
Los compañeros me miraban en la práctica esperando que me derrumbara, que llorara... con una mezcla de condescendencia inútil y falso interés preguntaban cómo estaba. “¿Yo? Bien. La rata que estás abriendo creo que no tanto”
Cuando las coges de la cajita, se asustan. Gritan cuando estiras demasiado de la suave piel de su pescuezo. Cuando la dejas en la mesa de experimentación se quedan muy quietas, quizá con la esperanza de que las dejes en paz... Cuando la aguja de la anestesia se acerca a su pancita se estremecen. Y entonces se duermen. No, no lloré. Pero quería gritar, gritarles a mis compañeros que eran unos bárbaros para contribuir en aquello... Yo, sintiéndome cómplice aunque no participaba directamente, decidí hacer lo único que podía hacer; darles calor encendiendo lamparitas. Cuando la anestesia dejó de hacer efecto, aún no estaban cerradas. Se retorcían, atadas a la mesa, abrían los ojos incrédulas ante su desgracia, gritaban cada vez que la aguja les penetraba en la tierna piel... ¿Horrible? Y a su lado, el órgano extraído. Un órgano sano y fuerte que se ha quitado sin sentido alguno.
No podía ayudarlas a todas. Así que ante la mirada risueña de la profesora me traje dos de aquellas ratitas para casa. Están genéticamente modificadas (otra barbaridad) y son inmunes a infecciones, así que de antihigiénicas nada de nada. Las llevé al veterinario y me gasté los cuartos en que, dormidas de verdad, les arreglaran el “descosido”. Aguantaron como jabatas sin riñón la nueva anestesia y ahora corren pasillo abajo y pasillo arriba. Son diferentes; Calixta es espabilada y curiosa, Melibea dulce y tímida... Juegan, se pelean, le hacen la puñeta a Jacki, suben a la cabeza de mi novio y le enredan el pelo, descubren el mundo... han crecido y están sanas. A veces imagino que ríen... que saben que se han librado de un duro y triste final. Y son afortunadas. Pero más lo soy yo por compartir mi vida con ellas... con su frescura he redescubierto que cada animal es único y que hacerles daño no es justificable, digan lo que digan.
Estoy francamente horrorizada.. Todos sabemos que se experimenta con animales.. pero alguna vez.. nos paramos a pensar en lo que deben de estar sufriendo.. ? Yo no me creo eso de que los animales no tengan sentimientos.. acaso si los tenemos nosotros los humanos? es de seres racionales, como presumimos, dejar nuestros bebes abandonados en un contenedor de basura, las guerras son racionales? es racional y de personas con sentimientos.. permitir la prostitucion infantil? Bah.. no me creo que razonemos.. solo somos egocentricos y nos creemos los reyes del mambo.. y asi nos va.. Hoy estoy ligeramente asqueada.. por algo que acabo de ver en la tele.. van a permitir un matadero al estilo musulman en Galicia.. y no es por criticar a los musulmanes.. pero no me parece digno sacrificar un animal degollandolo y dejandole que se desangre mientras dura su agonia.. que barbaridad!!
ResponderEliminarMadre mía, tú empezaste veterinaria y yo me lamento por no haberla empezado, pues sé que sería una buena vete. No te creas, siendo ingeniero también debes hacer cosas peores, sin quebrantar la ley, cosas que a nivel global hacen más daño. Yo sería capaz de experimentar con animales teniendo claro que es para un buen fin, sólo para saber operar bien y salvar luego más vidas de las que haya costado mi aprendizaje. Evidentemente yo no dejaría que alguien que nunca ha operado durante su aprendizaje operara a vida o muerte a una mascota mía, no sé si me explico. ..
ResponderEliminarYo opino como Txiquinena, sé que los animales tienen sentimientos, al menos desde aves para ariiba, y los roedores son una monada y muy cariñosos.
No entiendo cómo no te dejaron cerrar a las ratitas a tí, yo he operado ratas en fisiología animal ( una asignatura que elegí yo y de la cual acabé aprendiendo cosas de las que se han beneficiado mis mascotas, a limpiar cualquier herida, a ponerles intecciones subcutáneas, etc ) y las que se operaban para aprender a sacar la sangre de la yugular se cosían y vivían, claro que estaban completas. Lo que no dejaban era llevárselas de mascota, si no una se hubiera venido conmigo aunque a mi madre le dieran susto, porque aquellas eran grandes.
En las prácticas donde tenían decidido que el animal no se reanimaría "sospechosamente" las cosas no se veían bien porque las ratitas, de nuevo "sospechosamente" , eran autanasiadas con un exceso de anestesia ( ohhh, no nos dimos cuenta, es que no cogía bien la anestesia , y a poner cara de santos ).
De todas formas a mí me preocupa mucho más la experimentación prescindible, y no digamos las barbaridades sin finalidad alguna como las corridas de toros y muchas fiestas locales, los galgos colgados de los árboles o, mira, los ............ que están envenenando perros en Asturias y Galicia, debe haber una serie de personas conectadas por la red o algo.
Ayyy, este tema da para mucho. Pero ya ves, quédate con que yo me lamento de no haber estudiado veterinaria, en casi todas partes cuecen habas y yo no quiero tener que elegir verter más tóxicos de los inevitables y pagar una multa porque sea más rentable.
Besitos de mapache :)
Dios mío, acabo de leer tu post y me ha hecho llorar. Mi sueño tb era ser veterinaria, adoro los animales como a cualquier otro ser vivo y no soporto que nadie les haga daño y menos q pretenda justificarlo. Te felicito por adoptarlas, ellas seguro te lo agradecen de corazón y mientras yo aquí con mi cobayita q `parece darse cuenta de todo, doy las gracias porque haya dado conmigo y por lo q me da día a día.
ResponderEliminarbss
Me ha encantado esta entrada porque tu reacción fue como habría reaccionado yo. Además viniendo de ciencias me consuela saber que hay gente que dice NO rotundo a estas prácticas, yo siempre que me veo envuelta en el tema me encuentro todo tipo argumentos, que si "es por la humanidad" (claro, y lo de buscar métodos alternativos y no invertir tantos recursos en inventar cosas superfluas como móviles de última generación? Una guerra genera muchos avances tecnológicos para la humanidad pero todo le mundo está de acuerdo en que es aberrante, y hoy en día siguen existiendo!), "no sufren" (tienen sistema nervioso por lo que definitivamente sufren), "los que estáis en contra es porque sois como religiosos extremistas y no razonáis" (precisamente porque razonamos hasta creer que no son prácticas 100% fiables y obsoletas para la ciencia repudiamos estos procedimientos) y un largo etc.
ResponderEliminarAhora estoy estudiando psicología y la mayoría de las experimentaciones se han hecho con animales (menos mal que las prácticas no hacemos nada porque me niego), para entender la conducta humana??! Se escudan en teorías filogenéticas pero ninguno habla sobre el lado oscuro de la experimentación animal, no sé puede generalizar los resultados porque no siempre se cumple. Es más, el famoso caso de la talidomida se experimentó en animales y no les afectó pero a humanos provoca deformaciones... merece la pena sacrificar miles de animales inocentes para obtener un trabajo inútil?